El poder de una mente transformada por Dios

El texto bíblico que vamos a considerar es Romanos 12:2.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Esta porción de las Escritura nos enseña algo de suma importancia; sólo hay dos tipos de personas en el mundo: las que se conforman a este siglo y las que son transformados por medio de la renovación de su entendimiento.

Por desgracia, cada vez más personas son amoldadas al sistema de pensamiento posmoderno. Asistimos a una suerte de reestructuración mental, un reajuste de valores y principios que está cambiando la manera de pensar. Y dado que muchas iglesias han descuidado el estudio riguroso -y sistemático- de las Escrituras, cada uno de estos sistemas de pensamiento toma control de las mentes de los cristianos, incluso de los púlpitos.

Por tanto, el Espíritu Santo nos anima en medio de esta época caótica a cambiar nuestra manera de pensar para triunfar en contra de los engaños de este siglo.

El propósito de esta enseñanza es demostrar que cualquier persona puede -y debe- pensar bíblicamente. Para ello estudiaremos Romanos 12:2, y lo haremos en el siguiente orden:

1) Primero, estudiaremos cómo este siglo moldea nuestro pensamiento.

2) Segundo, mostraré la herramienta que Dios usa para transformarnos.

3) Por último, expondré el resultado de una vida transformada Dios.

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No os conforméis a este siglo

Romanos 12:2 empieza así: “No os conforméis a este siglo”. La palabra ‘conforméis’ (susjematízo) viene de un vocablo griego que significa ‘amoldarse’, ‘volverse igual en apariencia’. Tiene que ver con conformarse al mismo patrón; convertirse o ser igual a otra cosa por la estrecha relación con ella.

Esta palabra está escrita en tiempo presente, eso quiere decir que constantemente los cristianos de Roma debían evitar amoldarse a su época. Demandaba un esfuerzo diario de su parte para escapar de la influencia que ejercía el mundo sobre su manera de pensar y ver la vida.

Por la forma de este verbo (voz pasiva) podemos decir que algunos creyentes de Roma se estaban amoldando a su época sin oponer resistencia. Era como si los distintos cambios culturales que sufría la capital los tomaran desprevenidos, y ellos, al ignorar las maquinaciones del Satanás, empezaban a aceptar las prácticas mundanas como si se trataran de inofensivos cambios socioculturales.

Ellos se vieron tentados a mostrar una expresión externa que no reflejaba lo que había en su interior. El teólogo del Nuevo Testamento, Kenneth Wuest, parafraseó este término así: “dejen de asumir una expresión externa que sigue el patrón mundano, una expresión que no proviene ni es representativa de lo que ustedes son en su ser interior como hijos regenerados de Dios”.[1]

Como en la época de los romanos, algunas personas están tan saturadas de las ideologías de este mundo que sin saberlo han adoptado sus prácticas. No debemos ignorar que este siglo es como un gran molde que Satanás usa para reproducir copias exactas de sí mismo. Pablo nos da una orden: “no os conforméis”. No es una sugerencia sino una orden: ¡no se amolden! De la obediencia a este mandamiento depende nuestra vida.

Santiago escribió en su epístola: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. (Santiago 4:4). O te amoldas a esta época y enfrentas el juicio de Dios, o transformas tu manera de pensar por medio de la Palabra y vives bajo la voluntad de Dios.

Permíteme preguntarte: ¿estas siendo amoldado por este siglo? ¿Has permitido que la cultura afecte tu manera de pensar?

Ahora bien, la palabra ‘siglo’ representa una época, un periodo de tiempo de la humanidad. Cierto comentarista señaló: “cuando hablamos de una época de la humanidad nos referimos al sistema predominante de creencias y valores. Esta suma de ideas y valores contemporáneos define la atmósfera moral de nuestro mundo y siempre es dominada por Satanás”.[2]

2 Corintios 4:3-4 enseña: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.

Cada época tiene su sistema de creencias y valores. La Biblia enseña que existen creencias y valores establecidos por Dios y creencias y valores establecidos por Satanás.

Aunque pareciera que nuestra cultura actual es poco religiosa, lo cierto es que es profundamente idólatra y da culto a la imagen corporal y al placer. También vivimos en una época hipersexualizada y promiscua. Estamos rodeados de entretenimiento que distorsiona el carácter de Dios y a los seres humanos. El humanismo, que tiene como centro de culto al ser humano, está definiendo nuestra realidad y nuestra forma de pensar sobre la religión, la justicia social, la familia, la biología y la ética.

La gran pregunta que vale la pena hacernos es: ¿qué estamos haciendo frente a esto? ¿Nos estamos amoldando a este siglo como se amolda un trozo de plástico a su molde? ¿Acaso las ideologías de este siglo están logrando modificar nuestros valores? ¿Qué puede hacer un cristiano al respecto?

Sino transformaos

En Romanos 12:2 Pablo continúa: “sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”.

La palabra ‘transformaos’ viene de un vocablo griego (metamorfóo) del que procede la palabra en español ‘metamorfosis’. La transformación que plantea Pablo en Romanos 12:2 implica un cambio de mentalidad que se refleja en la conducta y en el modo de vivir.

Ahora bien, esta transformación no se produce una vez y para siempre, sino que más bien es un cambio progresivo que el cristiano debe buscar a diario. La palabra “transformaos” está en tiempo presente y se debe traducir literalmente como: “estén siendo transformados”. Estás llamado a transformar tu manera de pensar con frecuencia.

Este verbo también está escrito en voz pasiva, eso quiere decir que dicha transformación no se produce por sí sola, sino que algo aparte de nosotros causa esa transformación. Romanos 12:2 declara que es “por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. La preposición “por medio de” es determinante: la única manera en la que puedes transformar tu vida para no ser amoldado por el mundo es mediante la renovación de tu entendimiento. Esta misma idea enseñó Pablo en 2 Corintios 3:17-18:

Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Pablo dice que cuando los judíos leen el Pentateuco -los primeros cinco libros de la Biblia-, sobre ellos hay un velo que no les permite ver cara a cara a Cristo. Y esto es así porque ellos no creen que Jesús fue el mesías prometido. Al leer el Antiguo Testamento, simplemente no entienden su significado. Pero cuando se conviertan al Señor, dice Pablo, cuando reconozcan por la obra sobrenatural del Espíritu Santo que Jesucristo es el mesías prometido y el cordero que los limpia de su pecado, entonces verán cara a cara la gloria del Señor en las Escrituras.

Ahora, note este contraste: mientras que las personas amoldadas por este siglo no pueden ver cara a cara la gloria de Cristo -por el velo que tienen en los ojos-, los que han nacido de nuevo pueden “ver a cara descubierta la gloria del Señor, como en un espejo”.  Cuando nos acercamos a la Biblia sin ninguna ideología de este siglo, por medio de la obra del Espíritu Santo, entonces vemos la gloria de Cristo.

¿Has visto cara a cara a Cristo en las Escrituras? ¿Puedes decir que el velo de este siglo ha sido quitado de en medio tuyo y contemplas la gloria del Señor? Y si no es así: ¿qué te impide hacerlo? ¿Acaso hay algo más importante que esto para ti? ¿Puedes dimensionar el poder que hay en esta transformación? Por el bien de tu alma, espero que acudas a Cristo.

Quiero que observe el resultado de ver cara a cara la gloria del Señor por medio de la Palabra; versículo 18: “somos transformados (metamorfóo) de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. “Somos transformados”, dice Pablo. ¡En esto consiste la transformación de nuestras vidas por medio de la renovación de nuestro entendimiento!

El Espíritu Santo nos capacita para entender las Escrituras y ver a Cristo en toda su gloria y en todo su esplendor. Y al ver a este glorioso salvador, y al comprender su obra en la cruz, su muerte y su resurrección, nosotros mismos “somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen” de Cristo.

Las personas que se conforman a este siglo están muertas espiritualmente y a menos que el Espíritu Santo les dé una nueva vida, jamás podrán ver la vida como Dios la ve, y jamás podrán ver la gloria de Cristo revelada en las Escrituras para ser transformados a la imagen del glorioso salvador.

Pero usted es llamado a renovar su entendimiento. Le ha sido encomendado este mandamiento y requiere de su parte el más estricto compromiso. Si usted quiere vivir en el poder de Dios debe renovar su entendimiento. ¿Con qué urgencia lo hace? ¿Con cuánta disposición se entregas a esta tarea?

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra ‘renovar’ como “hacer como de nuevo algo, o volverlo a su primer estado”. Me llama la atención la última definición: “volverlo a su primer estado”. ¿Cuál era el primer estado? La primera pareja tenía una visión correcta de Dios porque fueron creados rectos. “Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones” (Eclesiastés 7:29). El pecado distorsionó su manera de pensar y cegó su entendimiento.

Ahora bien, ¿cómo podemos volver al estado original? Debemos regresar al estudio de Dios. Necesitamos ir a nuestras Biblias y estudiarlas con seriedad. Es tiempo de que abandonemos las lecturas superficiales de la Palabra y exploremos las vastas profundidades de Cristo en las Escrituras. Tal es la fuente del poder transformador de Dios para su vida… y para la vida de la iglesia.

Para que comprobéis la voluntad de Dios

Todas las filosofías de este siglo parten de la idea de que hay muchas formas de entender el mundo, “muchas maneras de buscarle sentido a las cosas”.[3] Sin embargo, quisiera concluir este estudio de Romanos 12:2 señalando que la única manera para comprobar la voluntad de Dios para nuestras vidas es mediante un aprendizaje profundo de la persona de Cristo.  El texto que estamos considerando señala cuál es la razón para ser transformados: “para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

Hemos llegado al objetivo principal del pasaje: “para que comprobéis”. La palabra ‘comprobéis’ (dokimázo) proviene de un vocablo griego que significa ‘poner a prueba’.

Pablo expresa la voluntad de Dios con tres calificativos: es buena, agradable y perfecta. En primer lugar, es ‘buena’, eso significa ‘virtuosa’, ‘valiosa’, ‘moralmente apropiada’. Dios hace todo con fines provechosos; el deseo de Dios para nuestras vidas es colmarnos de bendiciones espirituales en Cristo (Efesios 1:3).

La voluntad de Dios también es “agradable”. La construcción griega de este vocablo pone un énfasis todavía mayor: “completamente agradable”. Ella tiene la capacidad de complacerlos plenamente. No un poco, ni siquiera mucho, sino plenamente. En el Salmo 40:8, el escritor derrama su corazón en adoración y canta: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado”. El salmista siente verdadero placer, una profunda complacencia.

Por último, la voluntad de Dios es “perfecta” (téleios), es decir, completa. No le hace falta nada. Tú no tienes que ir por la vida esperando que la algo te sorprenda, no necesitas preocuparte por trazar tu propio destino fuera de Dios; puedes descansar en Cristo y transitar por aquellos senderos que Él preparó para ti desde de que el mundo fuera creado.

¿Son para ti las bendiciones espirituales de Dios en Cristo tu mayor placer? ¿Quieres experimentar la voluntad de Dios en cada esfera de tu vida con miras a lo celestial? Ríndete a tu creador, comprueba con tus propios ojos lo que es tener una vida llena de gozo y felicidad duradera en la gloriosa faz de Jesucristo.

Una urgente exhortación

La exposición que he hecho demuestra una cosa: hay poder en una persona que transforma su vida por medio de la renovación de su entendimiento; tal poder se encuentra en el Evangelio de Jesús, el único capaz de solucionar el verdadero problema del hombre: su enemistad con Dios.

Este siglo y sus ideologías jamás podrán compararse con la riqueza, la gloria y la majestad de Cristo. El apóstol Pablo le escribió estos versículos a los Romanos para que aprovecharan los medios de gracia que tenían a su disposición y vivieran en medio de su cultura secular como creyentes victoriosos. Su exhortación es digna de confianza, pues sólo hay dos caminos por los que los seres humanos transitan esta vida: el camino ancho que conduce a la perdición, y el camino estrecho que conduce a la vida eterna (Mateo 7:13-14).

Considéralo con temor y reverencia. Lánzate confiadamente a los brazos del Creador del universo y el pastor de tu alma. Experimenta una transformación espiritual por medio de la renovación de tu mente, goza desde ahora de la magnífica gracia de vivir en la voluntad de Dios; puede que mañana sea demasiado tarde.

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[1] Jhon MacArthur, “El acto supremo de adoración espiritual del creyente”, en Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Romanos 9-16 (Grand Rapids: Editorial Portavoz, 2010), 158.

[2] John MacArthur, “Romanos”, en Biblia de Estudio MacArthur (Nashville: Editorial Vida, 2015), 1565.

[3] En el año 2021, el académico y entonces rector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, publicó un libro titulado: ‘En defensa del humanismo: reflexiones para tiempos difíciles’. Este libro nació a raíz de un discurso que el académico expuso en la graduación de sus estudiantes en 2020. Discurso disponible en: https://agaviria.co/2020/09/en-defensa-del-humanismo.html.