Devocionales diarios

Un devocional es una meditación diaria que nos ayuda a centrarnos en nuestra relación con Dios y a fortalecer nuestra fe. Sin duda, es una herramienta indispensable para crecer espiritualmente y mantener a Cristo en el centro de nuestras vida.

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MAR 31. Tú eres mi hijo amado

Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”.

Marcos 1:11

Reflexión

Hoy quiero hablarles sobre un pasaje significativo en el Evangelio de Marcos, que nos muestra la relación única entre Dios Padre y su Hijo amado. En el capítulo 1, versículo 11, leemos: «Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia». Esta es una declaración poderosa que tiene un gran impacto en nuestra comprensión de quién es Jesús y qué significa ser amado por Dios.

Para entender el contexto de este pasaje, es importante recordar que, en este punto de la narrativa, Jesús acaba de ser bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. Después de su bautismo, Marcos nos dice que «los cielos se abrieron» y que «vino una voz de los cielos» que proclamó estas palabras. Esta voz no solo fue escuchada por Jesús, sino también por Juan el Bautista y cualquier otra persona que estuviera presente en ese momento.

Este acontecimiento fue registrado por los evangelios sinópticos, como una declaración de cumplimiento de Isaías 42:1, que dice: “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones”. Para los judíos del tiempo de Jesús, este acontecimiento debió recordar esta profecía asombrosa que se estaba cumpliendo allí mismo frente a ellos.

La pregunta del millón es, ¿qué significa esta declaración de Dios Padre? En primer lugar, es una afirmación de la filiación divina de Jesús. Dios está declarando que Jesús es su Hijo, no necesariamente en un sentido humano, sino en el sentido divino de ser de la misma sustancia que Dios Padre; como escribió el apóstol Juan, Jesucristo es el Verbo que estaba con Dios.

En segundo lugar, esta declaración muestra que Jesús es amado por Dios de manera única y especial. Jesucristo es el objeto del amor eterno del Padre, lo que significa que su relación no es solo de obediencia, sino de amor y afecto profundos.

Aplicación

¿Qué aplicación práctica podemos sacar de esta declaración divina? En primer lugar, debemos recordar que, si depositamos nuestra fe en Cristo como nuestro Señor y Salvador, somos hijos adoptivos de Dios.

Al igual que Jesús, el Padre nos ama de manera única y especial, no por algún mérito inherente a nuestra naturaleza, sino por el puro afecto de su gracia. Debemos aferrarnos a esta verdad y permitir que nos dé confianza y seguridad cada día que vivimos en esta tierra. Por eso Pablo escribió: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también en él todas las cosas?”, y luego añade: “¿quién nos separará del amor de Cristo?” (Romanos 8:32, 35).

En segundo lugar, debemos modelar nuestra relación con Dios a partir de la relación entre el Padre y el Hijo. Eso quiere decir que Jesucristo es nuestro modelo de relación con el Padre. Así como Jesús tenía una íntima relación con su Padre eterno, así debemos nosotros honrar y amar a nuestro Dios. ¿Qué implica eso? Que no solo debemos obedecer sus mandamientos, sino también amarlo de todo corazón y permitir que su amor nos transforme.

En conclusión, la declaración de Dios Padre en Marcos 1:11 es una poderosa afirmación de la filiación divina de Jesús y de su amor eterno por su Hijo amado. Esta declaración tiene implicaciones significativas para nuestra propia relación con Dios y nos anima a vivir como hijos amados por nuestro Padre celestial.

Y tú, ¿consideras a Dios como tu Padre celestial, en quien tu alma encuentra la fuente del gozo? ¿Reconoces que en Cristo tú también eres su hijo amado? Que Dios te conceda la gracia para comprender profundamente la verdad de su amor por ti y de vivir en obediencia y amor a él todos los días de tu vida.


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Marcos 1:11 dice: “Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”. Esta es una declaración poderosa que tiene un gran impacto en nuestra comprensión de quién es Jesús y qué significa ser amado por Dios. Visita http://www.elcaminodedamasco.com para más.
  1. Tú eres mi hijo amado | Marcos 1:11
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